jueves, 28 de mayo de 2009

Mimar sin engreir

"Es muy distinto dar valoración y cariño que volver a nuestros hijos esclavos de su temperamento".

Mimar y engreír son dos términos que con frecuencia se usan para calificar la misma acción: dar exceso de afecto y protección a una persona.. Sin embargo, hay diferencias sutiles entre ambas. Mimar consiste en dar cariño, caricias, halagos y tratar con mucho cuidado y delicadeza a una persona, en cambio engreír es consentir excesivamente y tratar con demasiada condescendencia a alguien. Ambos términos se usan más en referencia a nuestro trato con niños.
Todos los niños necesitan, para crecer sanos y emocionalmente estables, sentirse queridos y aprobados por las personas importantes en su vida. Esto ellos lo deducen de la forma como son tratados, son atendidos, son estimulados y son reconocidos como especiales. Necesitan recibir caricias y abrazos, frases cariñosas, estímulos positivos, y ser atendidos y complacidos en sus especiales necesidades y deseos. A esto llamamos mimar.
En cambio, lo que hacen algunos padres y abuelos, que es sobreproteger, implica hacerles cosas que ya están en condiciones de hacer por sí mismos, tomar por ellos decisiones y elecciones, dejar pasar situaciones que requieren correctivos. Decirles “sí” a un montón de peticiones que deberían ser “no” para evitar que sufran, y quitarles las piedras del camino se consi-dera engreír desde su alternativa negativa. Esto los lleva, lejos de convertirlos en personas estables, responsables y dueñas de su vida, a ser esclavos de su temperamento al formarse en ellos la idea irracional de que han venido al mundo a pasarla bien, sin renuncias, sacrificios, to-lerancias ni metas que lograr por su propio esfuerzo.
Padres muy indulgentes, demasiado “buenos”, que temen traumatizar a sus hijos si no los atienden de inmediato, padres que no soportan ver lágrimas en los ojos de sus hijos, a los que trastorna verlos sufrir y por ello viven co-rriendo y gastando hasta lo que no tienen con tal de “verlos felices”, están bloqueando el camino que los lleva a ser adultos independientes y autosuficientes. Para llegar a la Inteligencia Emocional que se requiere enfrentar las vicisitudes de la vida sin refugiarse en drogas, alcohol y otras evasiones, es importante comenzar desde temprano a no engreír sinó mimar, a no quitarles las piedras del camino sinó permitir que lloren mientras aprenden a quitárselas con sus manos. Solo así lograremos que cuando abandonen nuestras casas para iniciar sus vidas, tengan la fuerza interna para negarse deseos innecesarios, resistiendo a la presión de la inmadurez y el consumismo, y a llevar las riendas de sus decisiones con respon-sabilidad y persistencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por escribirnos