viernes, 29 de mayo de 2009

Donación de órganos, un regalo de vida

"Una persona puede salvar o mejorar la vida de otras 12 personas".

Un trasplante de órgano exitoso es un hecho extraordinario, en el que el paciente recupera la vida con mejores condiciones de salud, y el donante proyecta la suya en la esperanza que sostiene un acto solidario que tras-ciende la vida que conocemos.
La Organización Nacional de Donación y Trasplante (ONDT) del MINSA confirma que solo en Lima existe una larga lista de espera que no pueda ser atendida. Unas cinco mil personas esperan por un órgano para poder vivir.
A continuación presentamos los testimonios de personas que sufrieron de cerca esta situación y hoy están dedicados a que más personas acepten dar un regalo de vida: ser donantes de órganos.

Faltan donantes y una legislación adecuada
José Quevedo O. tenía el hígado tan deteriorado por una grave afección que los médicos diagnosticaron un año de duración funcional a este complejo órgano. La solución era un trasplante al que deci-dió ser sometido, y se preparó para ello.
Tras la intervención quirúrgica recuperó la salud y su vida cambió. Desde hace trece años su principal dedicación es su familia, pues descubrió que no es lo económico sino el vivir los valores, los que te permiten una vida feliz. Con su testimonio, Pepe -como lo llaman sus amigos- nos exhorta a ser “de los pocos que pueden dar un regalo de vida”, a ser un donante de órganos.
¿Cómo asumió el diagnóstico que necesitaba un trasplante de órgano?
Fue en el Jackson Memorial Hospital de la Universidad de Miami donde me dijeron en forma terminante que mi alternativa de vida era un trasplante hepático, y que mi hígado tenía más o menos un año de duración funcional. En ese mismo instante, ante la pregunta del médico si estaría dispuesto, tomé la decisión inmediatamente y fui revisado por el médico jefe de transplantes del hospital, que me dijo: "Nos vemos sobre la mesa" y pasé a lista de espera. Era el 1º de setiembre de 1995.
¿Qué recomendaría a las personas en dicha situación?
Los pacientes con cirrosis hepática de cualquier índole deben tomar la decisión en el acto, sin cobardías; si desean seguir viviendo deben ir a un gastroenterólogo especialista en hígado, hepatólogo (no hay muchos) y hacerse los análisis para llegar al transplante en óptimas condiciones… y no en la última fase, donde casi es imposible la supervivencia. Al paciente que duda o esté con indecisiones se le debe respetar su decisión de morir.
¿Por qué ser donante voluntario de donación de órganos?
Ser voluntario de donación de órganos, te eleva a un estatus superior, te convierte en uno de los pocos que puede dar un regalo de vida. Para la familia del donante es sentir que parte de su ser querido aún vive en otro cuerpo, que gracias a la do-nación, otro ser humano puede tener otra oportunidad de vida.
Desgraciadamente, esto no sucede con frecuencia en nuestro país, donde no se respeta la intención del donante. En muchas ocasiones es la familia del fallecido, consternada por el dolor, la que toma la decisión de no donar. De igual forma, en las clínicas particulares no existe una persona encargada de plantear esta opción, ni se brinda información adecuada para que Procura, asociación encargada de recibir los órganos, pueda hacer todos las gestiones necesarias, con la debida anticipación y recibirlos antes que comiencen a deteriorarse. Lamentablemente, también nos hemos topado con un sinnúmero de parientes que, aun muerto su ser querido, pretenden ganar algo a costa de él, diciendo ¿“y yo que gano”? Que Dios los perdone.
¿Qué significa hoy la vida para usted?
Mi vida hoy después de casi 13 años de transplantado, es otra. Arreglé toda la parte económica y luego me dediqué a mi familia, a mi hija, a forjar un futuro diferente donde los valores sean los que te permitan ser feliz, hacer feliz a tu familia, reencontrarte con Dios y ser su amigo, sin dejarle de agradecer nunca por lo que te dio, preguntándole que más puedes hacer por tus hermanos.
¿Qué opina su familia?
Mi familia siempre me apoyó, la verdad es que no estaría aquí si no hubiera sido por mi esposa, mi hija, mi madre y demás familiares que siempre estuvieron pendientes de mí. Ahora me toca el darles felicidad, el decirles cuánto los quiero y tratar de que ellos comprendan también qué linda puede ser la vida si sabes cómo vivirla.

Vivir con esperanza en un mundo incierto
Valeria Cevallos tenía 19 años cuando la vida la sorprendió. “Con todo el mundo por delante”, como se suele decir a los jóvenes de esa edad, la realidad no consideró sus planes de un futuro de éxito y la golpeó de frente. Como ella misma comenta, después de saber que el único riñon que le funcionaba solo trabajaba al 17%, que necesitaba un trasplante renal y someterse a un tratamiento de 4 veces al día de diálisis, decidió seguir las indicaciones médicas “aunque no sea tan fácil”.
Fue entonces cuando las interrogantes empezaron, y no había respuesta... “¿por qué a mí?”. “Es difícil cuando el futuro se ve incierto, casi opacado, cuando sientes que en verdad cada segundo cuenta”.
“Llenarte de limitaciones a esa edad son frustraciones que pueden dejarte sin esperanzas” afirmaría con el tiempo. Sin embargo, ella misma relata que fue Dios quien le enseñó a sacar esa fortaleza que todos llevamos dentro. “Tenía que tenerla por mí y por la gente que me ama”, añade.
Valeria comenta que “la parte más difícil es la gran espera, entrar en una larga lista a la que miles de personas que necesitamos un trasplante nos aferramos”. “Es como entrar en un juego de azar donde lo único que no se puede perder son las ganas de seguir luchando”. Fueron muchos años de sufrimiento, angustia y miedo. Pero al fin llegó el trasplante. “Alguien que no conozco fue quien me salvó la vida”, cuenta muy agradecida por esta persona que decidió donar “algo de ella para salvarme a mí”.
“Ahora tengo la oportunidad de estar con la gente que amo, y sobre todo de ha-cerles saber la importancia de recibir un traplante, y ser capaz de alcanzar lo que deseo porque estoy viva”, refiere.
Miles necesitan ayuda
“Lamentablemente –continúa- el sufri-miento no era solo mío, sino también el de mucha gente que sigue esperando. Miles de niños, jóvenes y adultos que necesitan de un trasplante”. “Niños que incluso antes de tener uso de razón ya padecen a la espera de un donante, y jóvenes que tienen que renunciar a sus estudios para seguir con un tratamiento que conlleva enormes sacrificios”, señala Valeria.
No es extraño tampoco ver a personas adultas y especialmente a ancianos que por falta de donantes se les niega la posibilidad de recibir un trasplante para atender a los más jóvenes, y deben resignarse a esperar algo que quizá no llegue.Desde hace seis años Valeria Cevallos es una paciente trasplantada renal. En la actualidad ella sigue participando en diversas campañas a favor de la donación de órganos en nuestro país.

Situación de los pacientes
La Dra. Carmen Constanza Fajardo Ugaz, médico cirujano cardiovascular y de torax, master en Administración de Servicios de Salud, master en Organización y Gestión de Trasplantes, nos brinda un alcance sobre el panorama de los pacientes que, a pesar de todo, aguardan con expectación la siempre buena nueva de un donante solidario en nuestro país.
¿Cuál es la situación de las personas que están a la espera de un donante?
Son pacientes con enfermedades terminales que en algunos casos, como los renales, están permanentemente dependientes de una diálisis para seguir viviendo; mientras que otras van empeorando día a día.
¿Cuántas personas pasan actualmente por este problema?
No hay estadísticas exactas pero el número de pacientes en espera de algún tipo de trasplante, listos para recibirlo, es aproximadamente de 300. El número total es mayor, pero deben pasar por una serie de estudios previos a entrar a la lista de espera.
¿Por qué es importante ayudarlos?
¡Porque de nuestra ayuda depende su vida! y aunque uno se encuentre en un momento muy doloroso, el donar los órganos de nuestro familiar muerto es un acto de amor, de solidaridad para con nuestros semejantes.
Ante la gravedad de estas circunstancias ¿cómo se las alienta y se les motiva?
En este tema el papel de la familia es muy importante, pues el paciente no solo necesita el apoyo médico sino también el apoyo psicológico. Se les puede hacer participar en actividades de difusión de la donación y trasplante.
¿Cómo debemos hacer para inscribirnos como donantes voluntarios?
Al momento de sacar o cambiar el Docu-mento Nacional de Identidad (DNI), la persona debe manifestar que quiere ser un donante de órganos. Pero más importante aún es que se lo hagan saber a sus familiares, para que estos cumplan su voluntad.
¿Cuál es el procedimiento médico a seguir, una vez ubicado el donante?
Cuando la familia acepta, se inicia el proceso de donación y trasplante. Al donante se le realizan los análisis requeridos y se convoca al equipo que realizará la ablación de los órganos.
¿Cómo se maneja a los familiares del paciente terminal que se registró en su DNI como donante, para que decidan cumplir su voluntad?
Existe un equipo especializado en la solicitud de la donación, llamado Coordinador de Trasplantes, ya que hay que conside-rar el difícil momento que están pasando los familiares. Ayuda mucho la presencia del médico tratante.
¿En qué lugares del país están capaci-tados para realizar los transplantes?
En Lima están los hospitales Edgardo Rebagliatti, y el Guillermo Almenara; el Aguinaga de Chiclayo, Carlos Seguín de Arequipa, y el hospital del Cuzco. Todos estos pertencen a Essalud.

También está el Hospital Cayetano Heredia, y el Instituto Nacional de Oftalmología ( INO) que pertenecen al Ministerio de Salud (MINSA).

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