jueves, 28 de mayo de 2009

Los Jonas Brothers y El Anillo de Pureza

Los Jonas Brothers son el grupo sensación del momento entre el público adoles-cente. Está conformado por los hermanos Jonas: Kevin de 20, Joe de 19 y Nick de 16. La venta de sus discos ha alcanzado el disco platino en México, Canadá, Chile y Oro en España, Colombia, Brasil entre otros. Ha causado todo un revuelo, entre los jóvenes, la noticia que ellos usan el anillo de pureza, al igual que Myle Cyrus (Hannah Montana) y Selena Gómez, de la serie «Hechiceros de Weberly Place». Es increíble la cantidad de gente que comenta y se cuestiona a través de diferentes páginas web y blogs sobre este hecho.
«Esto (el anillo) es la promesa a nosotros y a Dios; nos mantendremos puros hasta el motrimonio» aseguró Joe a la Revista Details. 1/
Cyrus, ha comentado que se conservará casta y pura hasta que encuentre al hombre de su vida. …., declaró recientemente a la revista Vanity Fair que es virgen y que está orgullosa de ello. «Mi virginidad es una especie de obligación y, además, me siento genial…». 2/
Actualmente, hay miles de jóvenes, en varios países del mundo, que mediante una ceremonia, se comprometen ante la presencia de sus padres y lideres a mantener su castidad hasta haber contraído matrimonio. Ya sea por cuestiones religiosas, morales o culturales, el hecho de no mantener relaciones sexuales es para muchos un mandato a cumplir. El anillo es un símbolo de su compromiso.
En la última presentación de los MTV Video Music Awards 2008, el presentador inglés Russel Brand comentó en dos oportunidades, con tono de burla, sobre el anillo de pureza que los Jonas Brothers están usando, e hizo una alusión a que el sólo creería en la eficacia del anillo siempre y cuando éste se colocara en el órgano masculino.
Una propuesta de vivir la pureza en los adolescentes, resulta ridícula y hasta cómica, para muchos, en una sociedad moderna como la nuestra.
La mayor parte de las veces nos dejamos envolver por comentarios como estos, los aceptamos sin mayor cuestionamiento y los dejamos pasar. En esta oportunidad, quisiera hacer un análisis más a fondo.
Dependiendo del concepto de libertad que se tenga, hoy se les plantea claramente dos estilos de vida distintos para vivir la sexualidad.
El primero, es un estilo de vida actual y moderno, que te invita a vivir a plenitud, prácticamente sin restricciones. Tener una vida sexual activa es considerado como lo normal, como parte inevitable de la entrada en la vida adulta. La edad en la que los adolescentes se inician es cada vez menor, en algunos casos desde los 13 años.
La madurez, en el caso de las mujeres, dependerá de cada una, en la edad en la que una se sienta preparada. La posibilidad de que las cosas no se desarrollen bien, que te decepciones es parte del proceso personal del aprendizaje. En el horizonte de expectativas femeninas existe un ideal de relaciones sexuales que responde al modelo de sexo en pareja, estable y con amor.
Aspiran a vivirlo a pesar de que muchas veces la realidad no se ajuste al modelo.
Muchas veces, las chicas buscan retener al chico que quieren a base de complacer sus deseos físicos, porque «es lo que les toca», y porque son conscientes de que eso es lo que los chicos buscan.
Los chicos se introducen al sexo, comportándose de una manera más egoísta, preocupándose sólo por su propio placer y no tomando en cuenta a la chica. Les preocupa cumplir con el grupo, mostrándose activos en tácticas de flirteo y, en la medida de lo posible, alcanzar el objetivo planteado. Los chicos, la mayoría de veces, van a lo que van y una vez conseguido perderán el interés en la chica.
En cierta medida, se puede decir que se abandona la idea casi exclusiva del sexo como muestra de amor, y se convierte en una fuente de placer personal, pero también como muestra de poder y éxito social.
La práctica habitual del sexo hace que se asuma con más naturalidad y, por lo tanto, se deja de otorgar importancia a algo que ya no tiene nada de extraordinario. Lo que prevalece es el placer en sí mismo, es simplemente sexo y punto. Se piensa únicamente en la satisfacción personal.
El sexo ocasional o casual es una práctica cada vez más común entre los jóvenes. Forman parte de todo un escenario, relativo a las noches de fin de semana. El ambiente de diversión, el efecto del alcohol, los predispone a mantener relaciones sexuales por única vez con alguna persona que conocieron o con la que compartieron esa noche.
Esto los conduce a tener muchas experiencias con diferentes personas con la finalidad de poder satisfacer de manera inmediata una necesidad física.
Es una propuesta en la que prevalece la «ley del gusto y del disgusto». El compromiso, en este tipo de relaciones, se asume a medias, es efímero y está en función a esta misma norma.
Este estilo de vida los lleva, en un comienzo, a sentirse dichosos, llenos de efervescencia, a vivir momentos intensos de extrema alegría, pasión y sensualidad sin mayor compromiso y esfuerzo. Estos momentos desaparecen con la misma facilidad que llegaron y les dejan una sensación de vacío, de desorientación, insatisfacción y desasosiego que los empuja a buscar constantemente vivir nuevas experiencias, cada vez más intensas, cayendo en un círculo vicioso que finalmente los esclaviza.
Asimismo, esta forma de vida sin restricciones los lleva muchas veces a asumir lamentables consecuencias que van desde los tristes desengaños, los embarazos no de-seados en jóvenes adolescentes, y el aborto.
Lo increíble está que esa misma sociedad que te invita a vivir de esa manera, es la que te da la espalda, te señala y denuncia, cuando cometes los excesos y debes asumir las tristes consecuencias.
El segundo es el estilo tradicional, es el que han tomado los Jonas Brothers y miles de jóvenes en el mundo, que te invita a vivir tu sexualidad como algo realmente importante y valioso, como la expresión de todo lo que eres, cuerpo, alma y espíritu, sobre todo lo que concierne a tu capacidad de amar, procrear y a tu capacidad de establecer vínculos de comunión con otro. Tu cuerpo, tus necesidades físicas y el placer estarán subordinados al servicio de tu espíritu y tu mente.
Es el camino de la libertad entendida como la opción de elegir por todo aquello que te lleve a ser más humano, mas persona. Es el camino de la conquista y el dominio de uno mismo. Definitivamente no es el camino más fácil, ni más placentero, es el que exige entrega, disciplina y esfuerzo.
Vivir la pureza, como los Jonas Brothers, implica optar por el respeto a uno mismo, a tu pareja y a Dios. Es el que te enseñará a cuidar tu cuerpo y darle un buen uso. El que te lleva a buscar un verdadero encuentro con tu pareja o con las personas con las que te tocará relacionarte. En esta forma de vida se aplicará, en cambio, la «ley del tanto, cuánto». En otras palabras, haré algo siempre y cuando me permita acercarme a mis metas, mis ideales, aunque ello signifique renunciar a lo que me gusta y me provoca.
Si observamos la vida de las personas que más admiramos, de los deportistas, músicos y empresarios de éxito encontra-remos historias fascinantes, como la de Lionel Messi y de Michael Phelps, de lucha, sacrificios, entrega y disciplina diaria, que a su vez los llena de satisfacciones y alegrías indescriptibles por los frutos de su propio esfuerzo.
Tomar este camino es realmente un reto, se requiere mucha personalidad y valor para marcar la diferencia ante el mundo que te rodea, ser un verdadero líder que contribuya a construir un mundo mejor. Recibirás cuestionamientos y críticas, pero como alguien dijo una vez, «El único bien que no pueden arrebatarnos es el placer de saber que hemos hecho bien».
Finalmente, ¿Tu que piensas? ¿Qué camino piensas tomar?

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