viernes, 29 de mayo de 2009

Forjar la voluntad de tus hijos: Un trabajo en equipo

"Papá y mamá tienen una labor insustituible y una gran responsabilidad en esta tarea".

En los dieciséis años que tengo como profesor y orientador he visto pasar por las aulas un gran número de alumnos, chicos y chicas, que viven, digamos, con distintos grados de “intensidad”. Los ha habido voluntariosos, generosos, tenaces, pero también indolentes, inconstantes y dejados. Comprometidos con su mejora personal o, por el contrario, irresponsables con ellos mismos. A este último grupo les he llamado los “medio queredores”, poseedores de una voluntad dividida y, cuando no, debilitada. Es así que están los que dicen que quieren, pero no hacen. Tienen el buen deseo de mejorar su rendimiento escolar y su comportamiento familiar, pero hay otros deseos que lo invalidan o disuelven antes de llegar a convertirlo en acto; “quisiera pero en realidad no quiero”.

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El mejor salto: de la calle a la escuela

Pandillas, drogas y delincuencia. ¿A qué nos remiten estas palabras? Tristemente, a jóvenes que muchas veces se pierden, arrastrados por esas tragedias. Pero hay otra historia escrita entre cerros y en la ciudad, con el entusiasmo de aquellos que no se dejan vencer. Siempre hay alternativas, esta vez con acrobacias y pasos de baile.
Luis Soto Arcela (24 años) hijo de una familia pobre, trabajó en varias empresas, pero no era lo suyo. “Me sentía una máquina más”, afirma. En paralelo, bailaba, “incluso en la calle, por muy poco… a veces por nada”, recuerda. El baile fue su motivación, pero él quería más, aprender y enseñar…

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Educar en libertad y fijar límites: son compatibles

Los niños necesitan pautas claras y definidas para poder crecer seguros, necesitan de un referente o modelo que les enseñen cómo actuar y resolver obstáculos.

Cuando eres padre o madre, una de tus principales funciones es educar a tus hijos. Descubres que, en el proceso, debes enfrentar al menos dos retos: tus propias incertidumbres y la particularidad de cada uno de tus hijos.
La educación de los hijos es uno de los temas que más inquietudes genera en los padres. Y es que no existe un manual definitivo porque cada hijo es una realidad muy particular.
Para simplificar, es bueno empezar observando el principio “¿Qué es educar?”
Educar tiene dos raíces etimológicas: por un lado significa “traer fuera lo que se halla oculto” , o, en otras palabras “desarrollar todas las capacidades y facultades de forma libre y consciente, sacar lo que potencialmente se es para caminar hacia la plenitud”.

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¿Quién es el niño por nacer?

El año 2001 el gobierno del Perú, mediante el decreto legislativo n.° 27654, dispuso que el 25 de marzo de cada año, como ya se hacía en otros países latinoamericanos, se celebre el “Día del Niño por Nacer”. El motivo es llamar nuestra atención sobre aquel ser humano que en el seno materno espera abrir sus ojos al mundo una vez concluido su periodo de vida intrauterina. Todos hemos sido “niños por nacer”; sin embargo –para la mayoría de las personas– ese ser humano, cuyo hábitat transitorio es el cuerpo de la madre, sigue siendo poco menos que un misterio y se ignora mucho de su realidad. La ciencia, en los últimos años, ha ido mostrándonos cada vez más el rostro del niño por nacer, desde su edad más temprana.

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Si no quieres perderla ¡Pon en forma tu memoria!

• Percy: 70 años, acaba de terminar una Maestría en Gobernabilidad. Jorge, 70 años, no logra recordar fechas ni nombres importantes.
• Carla: 75 años, hace crucigramas diariamente. Claudia, 71 años, le resulta difícil recordar rutas y caminos para movilizarse.
• Percy y Carla son personas que mantienen ágil y en constante entrenamiento su memoria, lo cual los ayuda a evocar información de manera eficaz.

Cuando la memoria falla se hiere la autoestima y se despiertan múltiples temores infundados. ¿Tendré un problema neurológico? ¿Será el comienzo de Alzheimer? Siempre debemos estar atentos y chequearnos, pero muchos de estos olvidos no se producen por una causa grave, sino debido a una falta de ejercicio de la memoria.
El uso de la memoria en la vida actual ha cambiado, la modernidad nos ha vuelto adeptos a comodidades que nos hacen dejar de ejercitarla, como por ejemplo el uso del celular. Antes de la llegada del celular almacenábamos en nuestra memoria los números de casa, de los hijos, los hermanos y algunos amigos… Y ahora, haga la prueba. ¿Cuántos números telefónicos sabe usted de memoria?

  • Utilice agendas y listas
  • Haga asociaciones mentales
  • Realice el recorrido mental del día
  • Esfuércese por aprender datos de memoria
  • Juegue con su memoria
  • Haga crucigramas, palabras cruzadas
  • Lea
  • Retome los estudios
  • Haga acrósticos
  • Aprenda canciones o poesías de memoria

Entrenar la memoria da grandes beneficios: se estimulan las actividades mentales adormecidas, mejora nuestra capacidad intelectual para el desenvolvimiento cotidiano, previene posibles disfunciones, nos ayuda a sentirnos más seguros e interrelacionarnos mejor con los demás.

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En la Parábola del hijo pródigo, ¿no es acaso justo el reclamo del “hijo bueno”?

En una primera mirada a esta parábola, el reclamo del hermano mayor, el “hermano bueno”, es algo que podría parecernos natural. Si el hermano menor, que se ha portado muy mal, que ha sido un gran egoísta, que se ha gastado malamente buena parte de la fortuna familiar, si este se ha comportado así, ¿por qué hacerle una fiesta de bienvenida? Nuevamente, parece que este reclamo suena bien.
Sin embargo, el asunto es más profundo, no podemos quedarnos en las apariencias, pues lo esencial es invisible a los ojos. El hermano mayor está reclamando porque en el fondo no está viendo la realidad, no está comprendiendo el gran bien que se ha realizado en su hermano menor y en toda la familia. Él está mirando la realidad desde su corazón herido y no está viendo con serenidad y alegría el bien que tiene delante.

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Amar para siempre o amar por un rato

¿Hemos convertido al amor en un bien de consumo?

Antes, una refrigeradora era para toda la vida. Con cada objeto que adquiríamos venía la promesa, y también la esperanza, de que durara mucho tiempo, “lo más que se pueda”, para no tener que reemplazarlo. ¿Qué sucede ahora? Cuando se daña la refrigeradora, viene el técnico y nos dice: “no hay como las de antes, estas ‘refris’ nuevas se dañan con mucha facilidad. Mejor bótela y compre una nueva, repararla es muy caro”.
En los tiempos que vivimos, queremos consumirlo todo y vivir para el placer y bienestar. La comodidad se ha convertido en un valor, es decir, esforzarnos poco o nada pero recibir a cambio todo lo que sea posible. Pensamos que es en esta forma como encontraremos la felicidad. Cuando vamos al centro comercial y compramos algo, apenas vamos saliendo y ya deseamos regresar a comprar. Invertimos mucho tiempo pensando en los objetos que nos faltan y no tanto en los que acabamos de adquirir. Es como si perdieran valor rápidamente. Con poco uso ya son viejos, están usados.

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Jóvenes sin ataduras: Miedo al compromiso

¿Es cierto que se ha vuelto más difícil encontrar el verdadero amor?
¿Por qué, incluso, quienes aman a su novio o a su novia, no quieren comprometerse para toda la vida?
¿Por qué tantos le temen al matrimonio?

“Nueva York. Eran más de las ocho de la noche de un viernes, y ahí estaba yo, en otra cita a ciegas, con Jaime, un chico “interesante”, de treinta y pico años. Estábamos en un restaurante, a la luz de una vela, tomándonos una botella de vino y hablando, muy animados, de nuestros respectivos trabajos. Mientras tanto, me preguntaba: ¿será este el hombre con el que pasaré el resto de mi vida?
La conversación era entretenida e inteligente, sin embargo, no pude evitar mirar de reojo el reloj. En el mejor de los casos esta sería una cita más.

  • Dejar de centrarse en el “yo”, y enfocarse en el “nosotros”.
  • Abandonar las expectativas irrealistas que tenemos del otro y dejar de compararlo con los que hubo antes.
  • Dejar de pensar que un “alma gemela” llegará a nuestra vida mágicamente. Pensar más bien en trabajar juntos para llegar a ser, cada uno, el “alma gemela” del otro.
  • No pensar que el otro es como un objeto que debe satisfacer mis necesidades.
  • Aceptar al otro tal como es, en vez de estar esperando más y más de él o ella, todo el tiempo.
  • Pensar: ¿qué estoy dispuesto a sacrificar yo?, en vez de pensar: ¿qué está él o ella dispuesto a hacer hoy por mí?
  • No aferrarse a los miedos, el escepticismo y la impaciencia.
  • Asegúrese de alcanzar una conexión profunda: comunicarse a fondo.
  • Tener la valentía para comprometerse.
Cuatro claves para hallar el amor verdadero
Encontrar el amor no es una búsqueda externa, es un proceso que se da dentro del corazón. Jillian encontró cinco cualidades en común en las parejas que viven felices.
  1. Mírese primero a sí mismo. En las parejas felices cada uno estaba decidido a ser una persona más comunicativa y comprensiva, en vez de pensar en cómo deshacerse de su pareja cada vez que pelaban.
  2. Rompa su lista de requisitos. Estas parejas comenzaron a ser felices cuando dejaron de lado sus expectativas y se abrieron al amor aunque no encajaba perfectamente en sus moldes. Tuvieron que romper esquemas, pues muchas veces el otro no se parecía a lo que siempre habían soñado.
  3. Reduzca la velocidad. Elisa descartó a Miguel de entrada, pero su amiga Susana la animó a conocerlo mejor. Seis meses después ella le dio las gracias: “Gracias por insistirme en que debía conocerlo mejor. He descubierto que es maravilloso”. No pensemos que vamos a distinguir el amor verdadero después de la primera cita. El amor y la pasión requieren tiempo para madurar y crecer.
  4. Entréguese de verdad. El matrimonio exige una decisión completa y comprometida de entregarse plenamente al otro. Quien deja abierta una puerta de escape no experimentará el amor a plenitud.

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Hijos con autoestima sana

“Si la imagen que tengo de mí misma es que mido un metro ochenta, el día que me mire al espejo y descubra que mido uno cincuenta, mi autoestima se vendrá al piso, porque se ha construido sobre una premisa falsa”, dice Cynthia Hertfelder, una pedagoga española de amplia trayectoria, para ejemplificar lo grave que es crear una autoestima sobre mentiras. “Tengo que aprender a valorar lo que en verdad soy”, afirma y nos da más pautas en su último libro Cómo se educa una autoestima familiar sana.

Cynthia Hertfelder estuvo en Guayaquil invitada por la Fundación Sé Más y su programa de Magísteres en Asesoramiento Educativo Familiar y tuvimos la oportunidad de dialogar con ella.

  1. Permisivismo. Dejas al niño hacer lo que quiere en cualquier momento, no pones límites.
  2. Individualismo. Hacerle pensar al niño que es el centro, el ombligo del mundo; una consecuencia del permisivismo.
  3. Autoritarismo. Por actitudes autoritarias obligas al niño a meterse en sí mismo. Creas niños inseguros e incapaces de tener iniciativas propias.
A tus hijos no debes mostrarles solo sus defectos, muéstrales siempre las dos cosas a la vez (defectos y virtudes). Si solo le muestras los defectos vive con eso y pensando que no vale, que no es capaz de nada, y si por contrario le muestras solo sus virtudes, el narcisismo le impedirá actuar, porque la tolerancia a la frustración que tendrá es cero.

¿Cuáles son las claves para crear una autoestima familiar sana?
Es algo que parece fácil, pero que en realidad es difícil: aceptar a cada hijo como realmente es. No proyectar lo que a los padres (o al mismo hijo) les gustaría que fuese. Aceptar lo que ese hijo realmente es con sus virtudes y sus defectos. Aceptarlo, comprenderlo y ser capaces de ponerte en su lugar.
La exigencia es la base de la confianza y la confianza es la base de la autoconfianza. Cuando me siento afectado y siento que se confía en mí, mi autoestima está sana.

¿Qué pasa con los sentimientos?
Es ahí donde les enseñas a las personas a ser dueñas de su propia vida, a ser libres. Que sean ellas las que manejen sus sentimientos y no dejen que sus emociones y sentimientos las manejen a ellas. Y claro que se puede educar a los sentimientos. Al igual que se educa la inteligencia, los sentimientos también pueden ser educados, y básicamente se hace en la familia. Esta educación es cuando tú le enseñas a un niño que a ese sentimiento que le invade le puede dar un significado con su inteligencia. Con su voluntad lo puede modificar, y querer lo que debe querer y no lo que le apetece querer o lo que más le atrae. Tú educas los sentimientos cuando enseñas “a querer” el bien, lo bueno.

¿Qué sería lo básico para mejorar la autoestima de una familia?
La seguridad que transmiten los padres. La comunicación permanente entre padres e hijos. Una exigencia coherente, que sea por y para el bien de los hijos. Que se acepte a cada hijo como es y que se lo estimule para que sea autónomo y no dependiente. Cada familia debe tener un proyecto educativo que se aplique con cada hijo, porque cada hijo es diferente. Siempre digo que me da igual que tener 1 o 23 hijos. Si tienen 23, pues tienen 23 hijos únicos. Ese “saberse querido” lo tiene que percibir cada hijo porque él es único, que da igual como sea, que él vale la pena.

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Educación es consideración

"Cuando el crecimiento tecnológico no va de la mano con la madurez social".

Este nuevo año, más allá de la crisis económica mundial que se ha pronosticado, en el Perú, tecnologías como la televisión satelital y on line, telefonía móvil de tercera generación, juegos interactivos, entre otros, están cada vez más disponibles y accesibles para todos. Pese a estas expresiones del “desarrollo” humano, sigue faltando conciencia ciudadana en nuestra sociedad. Así, continúan desde pequeñas malas costumbres como “colarse”, arrojar el empaque de una galleta por la ventana del auto, hasta situaciones graves como accidentes a causa de choferes ebrios o que se pasaron la luz roja porque “estaban apurados”. Las causas son varias, pero muchos coinciden en que la causa primera es la falta de educación. Pero ¿qué tiene que ver la educación frente a hábitos que se sostienen en la “criollada”, en la indiferencia total sobre lo que le pueda pasar al otro “mientras yo me beneficie o consiga lo que quiero”?

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Compartiendo en pareja

“En la tercera edad, el amor en pareja puede ser más sólido y consistente”.

En la etapa de la vejez, el amor en pareja puede ser más sólido y consistente. Es el momento de amarse y entregarse mutuamente y sin excusas, y afrontar juntos las dificultades físicas que traen consigo el paso de los años.
La juventud es la gran diosa de los últimos años: nadie quiere envejecer y cada día cobra más fuerza la falsa idea de que lo que hagas en los primeros años de la adultez marcará tu éxito o tu fracaso. El endiosamiento de la juventud difunde una idea principal: nadie quiere ser viejo. Pero, como cualquier otra etapa de la vida, la vejez debe ser vista con objetividad, reconociendo lo que esta trae consigo, y lo que implica este cambio para la persona, tanto física como psicológica y espiritualmente.
La tercera edad no es sinónimo de soledad y enfermedad. Si bien estos aspectos se presentan comúnmente en la vida de las personas mayores, requieren ser vividos adecuadamente.

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¿Cuándo es permitida la eutanasia?

Padre, ¿en qué consiste la eutanasia? ¿Cuándo la Iglesia Católica permite desconectar a un paciente?

Etimológicamente, “eutanasia” (del griego “eu”: bien; y “Thánatos”: muerte) no significa otra cosa que buena muerte, bien morir. Pero esta palabra ha adquirido ya desde hace algún tiempo otro sentido: el de procurar la muerte sin dolor a quienes sufren. Pero hoy, más estrictamente se entiende por eutanasia el homicidio por compasión, es decir, causar la muerte de otro por piedad ante su sufrimiento o atendiendo a su deseo de morir por las razones que fueren.
Entonces, con estos precedentes, llamaremos eutanasia al acto cuyo objeto es causar muerte a un ser humano para evitarle sufrimientos, bien a petición de este, bien por considerar que su vida carece de calidad mínima para merecer el calificativo de digna. Así considerada, la eutanasia sigue siendo, siempre, una forma de homicidio, pues implica que un hombre dé muerte a otro, ya mediante un acto positivo, ya mediante la omisión de la atención y cuidado.

  • La muerte ha de ser el objetivo buscado, ha de estar en la intención de quien practica la eutanasia.
  • Puede producirse por acción (administrar sustancias tóxicas mortales) o por omisión (negarle la asistencia médica debida), buscando la muerte de otro, no la propia.
No es eutanasia, por tanto, el aplicar un tratamiento necesario para aliviar el dolor, aunque acorte la expectativa de vida del paciente como efecto secundario no querido, ni puede llamarse eutanasia el resultado de muerte por imprudencia o accidente.

Por otro lado, los motivos que suelen llevar a la eutanasia son los siguientes:
  • Porque la pide el que quiere morir. La ayuda o cooperación al suicidio se considera una forma de eutanasia.
  • Para evitar sufrimientos, que pueden ser presentes o futuros, pero previsibles, o bien porque se considere que la calidad de la vida de la víctima no alcanzará o no mantendrá un mínimo aceptable (deficiencias psíquicas o físicas graves, enfermedades degradantes del organismo, ancianidad avanzada, etc).
Debe quedar claro que la eutanasia no es una forma de ejercer la Medicina, sino una forma de homicidio. Incluso, podemos decir que la eutanasia es la negación de la Medicina, porque la razón de ser de ella es la curación del enfermo, en cualquier fase de su dolencia. La eutanasia, por el contrario, consiste en la deliberada decisión de practicar lo opuesto a la Medicina: es dar muerte a otro, aunque sea bajo una presunta compasión. Cualquiera es perfectamente capaz de advertir la diferencia sustancial que existe entre ayudar a un enfermo a morir dignamente y provocarle la muerte.
En cuanto a la segunda parte de tu pregunta, refiriéndonos al caso de enfermos terminales y ante la inminencia de una muerte inevitable, médicos y enfermos deben saber que es lícito conformarse con los medios regulares que la Medicina puede ofrecer, y que el rechazo de los medios excepcionales o desproporcionados no equivale al suicidio o a la omisión irresponsable de la ayuda debida al otro, sino que significa sencillamente la aceptación de la condición humana, una de cuyas características es la muerte inevitable.
De lo que se trata es de evitar lo que se llama “encarnizamiento terapéutico”, esto es, la actitud de médico que ante la certeza que le dan sus conocimientos, y sabiendo que las curas o los remedios ya no proporcionarán beneficio al enfermo insiste en aplicarlas, y estas solo sirven para prolongar su agonía inútilmente. Por otra parte, es legítimo que un enfermo moribundo prefiera esperar la muerte sin poner en marcha un dispositivo médico desproporcionado a los insignificantes resultados que de él se puedan conseguir; como es legítimo también que tome esta decisión pensando en no imponer a su familia o a la colectividad unos gastos desmesurados. Esta actitud, por la ambigüedad del lenguaje, podría confundirse, para los no avisados, con la actitud eutanásica. Pero existe una diferencia absolutamente esencial: la que va de la aceptación de la muerte inevitable a su provocación intencionada.

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Un nuevo padre. Pa-paternidad

Algunos autores llegan a sostener que el hombre ha sido desposeído de su paternidad y que el varón es el “sexo débil” de hoy. “Hemos pasado del reino de los padres al reino de las madres” (Sullerot, 1992). “Lo que yo deseo -escribe esta feminista- es tratar de comprender y explicar el ocaso de los padres al que asistimos en la actualidad, ocaso que afecta a la vez su condición civil y social, su papel biológico en la reproducción, su papel en la familia, su imagen en la sociedad, a la idea que se hacen ante sí mismos de la paternidad, de su dignidad, de su deberes y de sus derechos, a su propia percepción de su identidad como padres, al modo como sienten sus relaciones con las madres de sus hijos y con las mujeres, y a la forma en que imaginamos el futuro de la paternidad (...). La madre se ha convertido en un progenitor completo que desempeña todos los papeles; el padre es aún un progenitor insuficiente”.

  • Los hijos de padres dedicados son más felices y se desarrollan mejor.
  • Los cónyuges de padres activos pueden desarrollarse mejor en su trabajo.
  • Los padres que combinan armoniosamente familia y trabajo son más felices y están más motivados.

Detrás del Daddy Institute se encuentra un papá: Eberhard Schäfer, nacido en Berlín, Alemania, en 1962. Graduado en Ciencias Políticas (1991, Freie Universität Berlin), desde el año 2002 dirige el proyecto Family Education for Fathers (Educación fami-liar para padres). Entre sus diversas obras destaca Il manuale del papa (El manual del papá).

Este instituto es un ejemplo de como hoy los padres varones quieren acompañar y educar a sus hijos de modo activo y quieren dedicales lo mejor de su tiempo para mostrarles todo su amor. Su ejemplo no se puede quedar en el vacío. Nos encontramos en el tiempo adecuado para desarrollar, entre todos, políticas y sistemas de educación y de trabajo más acordes con la trascendente tarea de la paternidad.

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Donación de órganos, un regalo de vida

"Una persona puede salvar o mejorar la vida de otras 12 personas".

Un trasplante de órgano exitoso es un hecho extraordinario, en el que el paciente recupera la vida con mejores condiciones de salud, y el donante proyecta la suya en la esperanza que sostiene un acto solidario que tras-ciende la vida que conocemos.
La Organización Nacional de Donación y Trasplante (ONDT) del MINSA confirma que solo en Lima existe una larga lista de espera que no pueda ser atendida. Unas cinco mil personas esperan por un órgano para poder vivir.
A continuación presentamos los testimonios de personas que sufrieron de cerca esta situación y hoy están dedicados a que más personas acepten dar un regalo de vida: ser donantes de órganos.

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jueves, 28 de mayo de 2009

Mimar sin engreir

"Es muy distinto dar valoración y cariño que volver a nuestros hijos esclavos de su temperamento".

Mimar y engreír son dos términos que con frecuencia se usan para calificar la misma acción: dar exceso de afecto y protección a una persona.. Sin embargo, hay diferencias sutiles entre ambas. Mimar consiste en dar cariño, caricias, halagos y tratar con mucho cuidado y delicadeza a una persona, en cambio engreír es consentir excesivamente y tratar con demasiada condescendencia a alguien. Ambos términos se usan más en referencia a nuestro trato con niños.
Todos los niños necesitan, para crecer sanos y emocionalmente estables, sentirse queridos y aprobados por las personas importantes en su vida.

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La abuela, la gran conciliadora

"Reflexiones de una abuela que aporta en el cuidado de los nietos con mucha prudencia y sabiduría".

Leíamos en la prensa una noticia conmovedora: unos abuelos salvaban en un accidente ferroviario a sus dos nietos, de 6 y 8 años. Ellos dieron su vida al proteger con sus cuerpos los de los pequeños. Y pensé en tantos otros abuelos que también la dan minuto a minuto, día a día, para que los hijos de sus hijos reciban ternura y afecto ante las ausencias de los progenitores. Seguramente, los abuelos, que murieron con tanta generosidad, también habían dedicado mucho de su tiempo a aquellos pequeños.

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